La Fundación Fuente de Agua Viva y Esperanza (FFUAVE) es reconocida por su espíritu caritativo y sus incansables esfuerzos por ayudar a los más necesitados. Dirigida por Roberto Leonardo y su esposa Arisleyda Mayerlin Durán, ambos cristianos evangélicos, la organización tiene como misión canalizar alimentos y asistencia a personas en situación de vulnerabilidad en el municipio de Esperanza y más allá. Respondiendo a un llamado divino durante la pandemia de 2019, la pareja se ha dedicado a proveer ayuda a las comunidades que más lo necesitan, incluyendo la reparación de viviendas e iglesias.
La fundación nació de una preocupación por el bienestar de las familias durante el confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19. Roberto y Arisleyda, en un culto familiar, se preguntaron cómo las familias podrían subsistir sin ingresos ni acceso a alimentos. Tras una ferviente oración, decidieron formalizar un ministerio para solicitar y distribuir alimentos a las familias más necesitadas, comenzando en el barrio Luz y Vida.
En febrero de 2021, la misión de FFUAVE recibió un impulso significativo cuando el ministerio estadounidense "Food for Life and Hope" decidió apoyar sus esfuerzos. Con la ayuda financiera de misioneros como Jake y Shawnna Lee, FFUAVE pudo alimentar a 21 familias mensualmente y se embarcó en proyectos como "Raise the Roof", que consistía en la construcción de techos para viviendas e iglesias en la comunidad.
"En la República Dominicana, es común ver casas sin terminar debido a los altos costos de los materiales de construcción y los bajos salarios", comenta Roberto. "Por eso decidimos canalizar los recursos necesarios para ayudar a quienes más lo necesitan."
A lo largo de los años, FFUAVE se ha asociado con diversas iglesias metodistas en la República Dominicana y Canadá para continuar su labor humanitaria. La organización ha brindado apoyo a personas mayores, familias sin recursos, y ha participado en la mejora de infraestructuras como viviendas y templos.
Roberto y Arisleyda creen firmemente que la alimentación física es un paso esencial para recibir el alimento espiritual. "El cerebro no funciona sin alimento", dice Arisleyda. "Para llevar esperanza a la gente, primero debemos asegurarnos de que tengan sus necesidades básicas cubiertas."
A pesar de sus compromisos laborales, Roberto y Arisleyda sienten una profunda pasión por su trabajo en los diferentes barrios, municipios y provincias de la República Dominicana. "El Señor nos ordena claramente que cuidemos de las viudas, los huérfanos, y que alimentemos a los hambrientos", afirma Roberto. "Debemos dar sin esperar recibir."
Para más información sobre la Fundación Fuente de Agua Viva y Esperanza, se puede visitar el sitio web de la organización benéfica.
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